CARTA A UN AMOR INGRATO

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Desespero rogando por una palabra dulce y hasta he llorado esperando que alguna noche suene mi teléfono y al otro lado escuchar tu voz diciendo que me extrañas. Guardo mis tontos sueños que se quedan ciegos al no encontrar una luz que los lleve al camino de su realización.

Me lleno de impotencia y rabia al no saber cómo controlar mis sentimientos; ellos me hacen vulnerable ante ti, un ser egoísta que solo me da silencios mientras que yo absurdamente sigo entregando mi alma, sigo ilusionándome y llenando de esperanzas vanas mis días. 

Y cada noche en medio de un llanto lleno de melancolía me repito mil veces ¡No más, se acabo! Pero esto de extrañarte me invade y termino de nuevo rendida a un amor que alimento de recuerdos, termino nuevamente buscándote, esperando por respuestas que sé no llegarán; mientras me hago la fuerte ante ti intentando que no notes la maraña de pensamientos locos y sentimientos infinitos 

Caigo perdida, sin saber si me equivoco, sin entender ese amor que me entregas, sin que te decidas al fin a darme un amor sin barreras, sin límites, sin silencios eternos, sin esperas dolorosas. 

A tu lado, cuando estoy entre tus brazos, una paz inmensa me llena, amo tenerte cerca, sentir tus caricias, sentir que vuelo en cada beso y me dejo llevar por la fantasía que me regalas, esas noches son las más hermosas y ensoñadoras… 

¡Y me enamoro de nuevo! 

Y comienza otra vez mi circulo vicioso, ese de amarte infinitamente y luego del beso de despedida, esperar por una palabra, por un momento, por una llamada, por un esquivo “te amo” y ese “te extraño” que nunca llega y vuelven mis noches vacías, eternas, frías; llorándote, anhelándote, soñando y alimentando esperanzas que sostengan la fe… 

…Desespero rogando por una palabra dulce y hasta he llorado esperando que alguna noche suene mi teléfono y al otro lado escuchar tu voz diciendo que me extrañas... 

Por: Yimara Hernández